miércoles, 19 de mayo de 2010

MBA's Y RESPONSABILIDAD ANTE LA CRISIS FINANCIERA


“Los MBA forman a la gente equivocada con métodos equivocados y traen consecuencias equivocadas”. Las palabras de uno de los más importantes gurús delManagement, Henry Mintzberg, pronunciadas antes de la crisis, vinieron a señalar cómo las escuelas de negocios estaban legitimando con sus doctrinas a esos chicos listos que creían que la única meta era llenarse las manos, aun cuando fuera a base de saltar por encima de toda clase de reglas. Y en buena medida, subraya Josep María Lozano, profesor del departamento de ciencias sociales deESADE, estamos ante críticas acertadas: “si a las escuelas de negocio las gusta alardear de los directivos que han pasado por sus centros de formación, afirmando que el éxito de esos gestores tiene que ver con lo aprendido en sus centros, también deben asumir la parte que las toca respecto de los directivos que causaron la crisis, ya que prácticamente todos ellos contaban con un MBA”. Carlos Jesús Fernández, profesor de sociología de la Universidad Autónoma de Madrid, aunque insiste en el papel preponderante jugado por otros actores, (desde “los organismos de regulación hasta las agencias de rating, pasando por las políticas económicas y monetarias de los gobiernos y por la pasividad de la ciudadanía”) entiende que las escuelas de negocios tienen responsabilidad en este contexto toda vez que siendo “una de las principales generadoras de la ideología y de las prácticas de gestión actuales no fueron capaces de transmitir una mínima cultura de responsabilidad a los gestores. De las grandes escuelas de negocios han salido diversos Frankensteins debido a que se ha fomentado desde las mismas una cultura empresarial determinada”.Por eso, asegura Juanma Roca, director de comunicación y marca de la DeustoBusiness School y autor del recién editado MBAs, ángeles o demonios, “nos encontramos ante un punto de inflexión en la historia de las escuelas de negocio, en la medida en que se están poniendo en tela de juicio sus paradigmas”. En especial, porque las escuelas avalaron las tesis de la creación de valor para los accionistas sin cuestionarse lo que de verdad estaba pasando. “No hubo posición autocrítica sobre si se estaba mirando más allá del corto plazo, si se estaba produciendo valor para el conjunto de la sociedad y sobre si las prácticas reales de las empresas se correspondían con las de un liderazgo responsable”.

Replanteamiento de los sistemas de enseñanza

Además, asegura Roca, el problema de fondo no sólo tiene que ver con determinadas deficiencias en la formación de valores, sino que late además la necesidad de replanteamiento de los sistemas de enseñanza. Así, la metodología de Caso, “que es fantástica respecto de la clase magistral y que genera buen diálogo y debate”, puede estar incurriendo en errores a la hora de formar para la práctica. “A los estudiantes se les facilita una enorme información para cada caso cuando lo más probable es que en la vida real apenas tenga disponible una pequeña parte. Lo que significa que se les ofrece información demasiado masticada, y eso es muy negativo, toda vez que se simplifica en exceso una realidad siempre compleja, y que se reduce sustancialmente la incertidumbre inherente a toda situación de negocio”.

Para Carlos Fernández las deficiencias metodológicas residen en que hablamos de programas que “se centran en exceso en el aprendizaje de técnicas y en el estímulo de ciertas dotes (liderazgo, trabajo duro, capacidad de trabajo en equipo) olvidando que el mundo de las organizaciones es mucho más complejo, y que en una gran empresa también hay conflictos, malestares, discriminaciones, juegos de poder, etc”. El resultado final es que en muchos casos los postgraduados desconocen cómo relacionarse con el entorno social.

Sin embargo, para David Bach, Decano de Programas de IE Business School, no se trataría tanto de cambiar de modelos cuanto de implementar los existentes. Así, la metodología de Caso, que es muy positiva porque provee de gran capacidad de análisis, ha de complementarse con otras habilidades. “Estamos poniendo énfasis, a través de contenidos interdisciplinares, en que los MBA no sólo sean muy buenos en el plano analítico, sino que formen en las cualidades necesarias para la implementación y la ejecución de las decisiones. Hay habilidades muy importantes, como puede ser la capacidad de reaccionar ante cambios imprevistos, a las que no se las estaba dando la suficiente relevancia”.

En definitiva, que ya sea porque se pretenda insistir en la repercusión social de los negocios o porque se quiera perfeccionar los modelos teóricos y pedagógicos, la crisis también está dibujando un nuevo futuro para las escuelas de negocios. Uno de los elementos que con más fuerza subrayan esa tendencia proviene de laHarvard Business School (“el faro que ilumina el sector”, según Roca), donde sus alumnos pusieron en marcha un proyecto llamado Reimagining Leadership, con el que pretendían mostrar cómo se puede reformar el capitalismo desde el interior. En ese sentido, señala Roca, resulta sintomático que “sean los alumnos los que enseñen el camino a los decanos. Que éstos hayan mostrado falta de mentalidad de estadistas, preocupándose sólo por su escuela en lugar de mirar más allá, y que los alumnos hayan entrado a corregirles me parece muy significativo”.

Responsabilidad Social Corporativa

Además, el nacimiento de iniciativas como el Juramento Hipocrático para losMBAs viene a ratificar que es el momento de dar un paso adelante. Y eso, para Roca, pasa por tomar la sostenibilidad en serio. “Aunque las escuelas de negocioslleven años hablando de la Responsabilidad Social Corporativa es hora de hacer algo más. Si las instituciones, las empresas y los gobiernos coinciden que en la sostenibilidad es un tema clave, las escuelas hemos de ser capaces de darla una preponderancia estratégica”. Coincide Josep M. Lozano: “el debate sobre si las empresas debían ser o no socialmente responsables se ha terminado: todos sabemos que lo deben ser. Ahora las escuelas de negocios debemos ser capaces de señalar de manera inequívoca qué modelo de empresas y de sociedad estamos proponiendo”. Y eso será importante en muchos sentidos, también en lo que se refiere a la configuración de una identidad institucional que, asegura Lozano, cada vez será más demandada por los alumnos como identificador claro de la escuela.

Sin embargo, para que estos movimientos se produzcan debe darse una fuerte carga de crítica interna que no existe en las Business Schools, y menos aún en las españolas, según Fernández. “Las escuelas de negocios se encuentran muy cercanas a las grandes corporaciones y rara vez van a ser críticas con éstas, especialmente cuando están financiando sus cátedras.” Las únicas escuelas de negocios que han conseguido incorporar la crítica social a su programa teórico son algunas británicas y otras en los países escandinavos, Australia y Holanda, a través de la corriente teórica Critical Management Studies. Sus académicos, “en lugar de citar a los gurús y explicar la importancia de la gestión del cambio o de liderar equipos, critican estos conceptos con una nueva aproximación, más cualitativa, que permite conocer mejor fenómenos como el control o el poder, difíciles de aprehender desde otras perspectivas”.

Fuente:El Confidencial

domingo, 25 de abril de 2010

sábado, 10 de abril de 2010

¿QUÉ TIENEN EN COMÚN LOS EMPRESARIOS EXITOSOS?


Los empresarios de éxito tienen objetivos claramente definidos y concentran su energía, imaginación y recursos en alcanzarlos, superando circunstancias difíciles y adversas y aprovechando cada una de las oportunidades que se presentan.

Generalmente saben a dónde van y qué quieren; son perseverantes, entusiastas y logran las metas que se fijan.

Son innumerables los factores que tienen una relación directa con el éxito de los empresarios. Para ellos, el éxito no es sólo una cuestión de suerte o audacia, sino que está relacionado íntimamente con un trabajo intenso, tenaz y cotidiano que requiere dedicación, constancia, inteligencia y capacitación.

Sin embargo y por encima de lo anterior, el éxito se basa en la confianza que una persona se tiene a sí misma, en tener una actitud diaria positiva y vigorosa, y en cómo dicha persona ve y proyecta el futuro.

Un visionario es el individuo que ve al futuro; es precisamente el que se ve a sí mismo en el tiempo y tiene, además de la capacidad, la fuerza necesaria para orientar sus pensamientos a un objetivo definido, congruente con sus principios, aspiraciones, parámetros de conducta y escala de valores.

La visión tiene sustento cuando converge en metas claras, específicas, medibles y evaluables.

En el mundo empresarial, la visión se define como el camino al cual se dirige la empresa a largo plazo y sirve de rumbo para orientar las decisiones estratégicas de crecimiento y competitividad. “Conocer el sitio a donde se va facilita considerablemente el camino”.

La empresa del tercer milenio exige a los empresarios que quieren tener éxito, un conocimiento profundo del giro en que se desenvuelven, de los objetivos, de los procesos, de los sistemas, del perfil y las necesidades de los clientes, de la capacidad y calidad de los proveedores, del conocimiento del mercado, de los competidores y del funcionamiento general de la empresa.


Perfil ideal del empresario exitoso

Es difícil encontrar personas que cumplan con todos los requisitos del perfil ideal del empresario exitoso, pero es un camino que se puede seguir para ser cada día mejor.


Las características que debe tener el empresario ideal son las siguientes:

Capacidad para:

  • Planear, organizar, dirigir y desarrollar la empresa.

  • Analizar, comprender y resolver aspectos de administración y operación de la empresa.

  • Conocer las fortalezas y debilidades de la empresa y de los competidores.

  • Coordinar y administrar con eficiencia los recursos materiales, humanos, tecnológicos y financieros.

  • Crear oportunidades estratégicas que brinden mayor competitividad y posibilidad de crecimiento a la empresa.

  • Crear, adaptar y promover modelos gerenciales nuevos.

  • Establecer estrategias, planes, programas, sistemas, controles.

  • Fomentar e implantar procesos de mejora continua.

  • Generar una nueva cultura empresarial, con productividad y calidad.

  • Manejar, resolver y aprovechar situaciones difíciles y encontrar, en éstas, oportunidades para la empresa.

  • Integrar equipos de trabajo eficientes y eficaces.

  • Instrumentar cambios que mejoren los resultados económicos y sociales de la empresa.

  • Medir y evaluar la calidad de los resultados.

  • Motivar a sus colaboradores y establecer mecanismos institucionales de cambio en beneficio del personal.

  • Poder comunicarse claramente en forma verbal y escrita en español e inglés.

  • Promover y orientar las relaciones humanas y públicas.

  • Promover, adquirir y adaptarse a los desarrollos tecnológicos que permitan a la empresa ser más competitiva.

  • Resolver problemas de diversa índole en cualquier momento.

  • Saber administrar el tiempo para llevar a cabo las actividades diarias en forma eficiente y eficaz.

  • Saber separar los asuntos críticos que requieren una decisión inmediata.

  • Tener control sobre sí mismo.

  • Tener facilidad para señalar objetivos, elegir medios y asignar recursos con racionalidad.

  • Tener ideas originales para solucionar los problemas que se presenten.

  • Tener mente estratégica.

  • Tomar decisiones rápidas y acordes con las posibilidades reales de la empresa.

  • Trabajar muchas horas con inteligencia y efectividad.



Sensibilidad para:

  • Comprender y adaptarse a las distintas etapas de crecimiento y de cambio de la empresa.
  • Comprender la importancia de tener calidad en la producción, la distribución de bienes y los servicios que se proporcionan a la comunidad.

  • Apoyar, alentar y mostrar interés por el personal.

  • Comprender la realidad de todos los colaboradores de la empresa que se ven afectados por factores económicos, legales, éticos y sociales.

  • Construir y mantener la confianza, la lealtad y la franqueza del personal.

  • Dar importancia y reconocimiento al trabajo del personal.

  • Desarrollar la confianza y la cooperación.

  • Escuchar las opiniones y consejos de sus colaboradores.

  • Comprender la interrelación e influencia entre las empresas, el personal y la sociedad en su conjunto.

  • Distinguir entre lo urgente y lo importante, lo accesorio y lo principal.

  • Entender a la empresa como un elemento básico del desarrollo de un país.

  • Resolver con criterio y sentido común diversas situaciones. y conciliar intereses.

  • Respetar el tiempo de los demás.

  • Ser imparcial en cualquier controversia.

  • Saber adaptarse al cambio.

  • Ser siempre sencillo.

  • Ser siempre él mismo.

  • Tener como valores la imparcialidad, la ecuanimidad y la equidad.

  • Tener conciencia de la función que desempeña dentro de la sociedad.

  • Ver objetivamente la realidad de cada situación y estar dispuesto a cambiar de opinión.



Actitud para:

  • Cumplir con la misión y los objetivos de la empresa.

  • Actuar como promotor del cambio, adquiriendo y promoviendo el acceso y uso de los desarrollos tecnológicos de punta.

  • Buscar una superación y mejora continua de sus colaboradores.

  • Crear estrategias innovadoras que sirvan para diferenciar a la empresa y sus productos de la competencia.

  • Cumplir sus responsabilidades con alegría, firmeza, energía, tacto y sacrificio.

  • Desarrollar un ambiente de excelencia y calidad.

  • Fomentar el espíritu de servicio y la participación de los colaboradores.

  • Fortalecer y promover la unidad del personal.

  • Hacer el trabajo que se requiera de una manera intensa, especialmente cuando no se dispone del personal que ayude en las labores diarias.

  • Interactuar y competir sanamente con otras empresas en la búsqueda de soluciones a las demandas de atención y servicio que generan los clientes.

  • Mantener una capacitación permanente sobre los nuevos conocimientos, técnicas y métodos en materia de administración de empresas.

  • Promover constantemente el crecimiento de la empresa.

  • Respetar y acrecentar los valores éticos, personales y empresariales ante sus colaboradores, proveedores, la comunidad y la autoridad.

  • Ser responsable, intuitivo, disciplinado, inquieto, positivo, emprendedor y tenaz.

  • Tener confianza y seguridad en sí mismo.

  • Cumplir con los compromisos generados con los empleados, proveedores, clientes, autoridades, socios y competidores.

  • Tener un amplio sentido social en la práctica de los negocios.



Conocimiento de:

  • Administración, finanzas, producción, mercadotecnia, informática, contabilidad, costos, estadística y evaluación.

  • Las investigaciones y los avances de las técnicas, modelos y estrategias de alta dirección y liderazgo.

  • Principios, procesos, técnicas e instrumentos de la administración en general.

  • Sistemas de control, supervisión, evaluación y seguimiento.

  • Sistemas computarizados que coadyuven a hacer más eficiente la comunicación e información de todas los actores y áreas de la empresa.

  • La tecnología de punta que pueda ser útil para la empresa.

  • La realidad nacional e internacional en lo económico, político y social.

  • Algunas situaciones legales y fiscales.

  • La estructura y funciones generales de la administración pública y privada.



En resumen, un empresario exitoso es, además de un líder, una persona brillante y segura de sí misma, que sabe aceptarse con errores y cualidades y es flexible, sensato, convincente y tolerante con los demás.

Actúa cuando debe y lo hace en forma precisa; es capaz de tomar las decisiones correctas y afrontar sus consecuencias; es observador y está atento a lo que sucede; su experiencia y conocimientos son reconocidos; es carismático, expresa lógica y fácilmente sus ideas, aclara dudas, es amable y tiene un perfil multicultural.

Asume el liderazgo por medio de la motivación y el convencimiento, marcando el rumbo a seguir en el presente y mirando al futuro como la oportunidad de orientar creativa, innovadora y positivamente a sus colaboradores y a la empresa en su conjunto.

Por supuesto que es casi imposible encontrar un empresario que cumpla con todos las características mencionadas. Por fortuna, no es necesario ser un modelo de virtud empresarial para lograr el éxito. La determinación compensa muchas deficiencias, pero el reto es buscar permanentemente la superación personal hasta lograr el mejor de los perfiles.

Está comprobado que los empresarios que disfrutan de su trabajo tienen ventajas sobre sus competidores ya que son más productivos, dedican muchas horas al trabajo sin sentir cansancio y tienen menos posibilidades de enfermarse.

Para que un empresario sea exitoso debe crear empresas que satisfagan sus necesidades personales; debe estar convencido de que la naturaleza del negocio está acorde a sus deseos, actitudes, personalidad, conocimientos y potencialidades.

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miércoles, 31 de marzo de 2010

Los 10 Mandamientos del Consultor


La práctica de la consultoría, sea interna o externa, requiere, además de los conocimientos técnicos necesarios para apoyar al sistema cliente, de algunas actitudes y habilidades, que bien podrían expresarse en una especie de “Decálogo del consultor”. Sin que estos 10 “mandamientos” pretendan ser exhaustivos, sí concentran mucho de lo que se debe hacer y de lo que no se debe hacer al establecer una relación de ayuda con otros.

1. “Clarifica muy bien las expectativas del cliente”: muchos problemas se dan precisamente porque desde el principio no estuvieron muy claras las necesidades a satisfacer, los problemas a resolver, los aspectos a mejorar, y ya cuando el proceso de consultoría está en marcha, resulta que el cliente descubre que eso no es lo que quería o lo que esperaba.

2. El segundo es “establece con precisión los términos del contrato”, y no solamente del formal, es decir, de ese que firman las partes, sino también del llamado “contrato psicológico”, que es aquél en el que se define qué es lo que cada una de ellas tiene que hacer para que el proceso funcione.

3. El tercero es “nunca olvides de qué lado del escritorio estás”. A muchos consultores se les olvida que al que tienen frente a ellos en el proceso es al cliente, y se comportan como verdaderas divas, que lo ven y lo tratan como si sus aportaciones y puntos de vista no fueran relevantes.

4. El cuarto es “nunca mientas ni hagas falsas promesas”. Hablar claro, de manera asertiva y sin tratar de engañar o manipular, es un factor indispensable para ganar y mantener la credibilidad del cliente, y permite mantener con él una relación sana y a largo plazo.

5. El quinto es “nunca le faltes el respeto al cliente, ni dejes que él te lo falte a ti”. Ninguna de las partes está en una posición de superioridad con respecto a la otra; entre el cliente y el consultor se debe establecer una relación de interdependencia, que debe estar regida por la confianza y por la reciprocidad. El hecho de que el cliente sea el que llama y contrata al consultor no le da derecho, en ningún momento, a atropellar su dignidad. Paciencia, prudencia y humildad

6. El sexto es “no pierdas la paciencia”. Sin duda, hay clientes difíciles y situaciones estresantes en un proceso de consultoría; hay momentos de indefinición, decisiones que tardan en tomarse, cambios de señal, y todo esto puede llegar a desesperar. Ante ello, hay que conservar la calma y dejar que las cosas se den en sus tiempos. No hay proceso de consultoría perfecto.

7. El séptimo es “deja que las medallas se las ponga el cliente”. El consultor nunca debe robar cámaras ni acaparar los reflectores. Su labor es apoyar, facilitar, ayudar al sistema cliente a que las cosas sucedan, pero a fin de cuentas es el cliente el “héroe” de la película. Consultor que no lo entienda así, es mejor que busque otra cosa a la que dedicarse.

8. El octavo es “manténte neutral ante los juegos de poder”. No existe organización, pública o privada, grande o pequeña, industrial, comercial o de servicios, en la que no haya política, en la que no se den pugnas por el control, en la que no se busque defender intereses o mantener canonjías, en la que no se presenten luchas y rivalidades entre personas y grupos. El consultor, por su propio bien y el de la organización, no debe “alinearse” con nadie, y mucho menos participar activamente en las pugnas. Hacerlo seguramente le costará muy caro más temprano que tarde.

9. El noveno es “no pierdas el piso”. El consultor debe ser humilde, lo que no significa que baje la cabeza, sino sólo que no actúe con arrogancia y prepotencia. Él está ahí para ayudar, su actividad es de servicio, y así debe ser también su actitud.

10. El décimo es “acepta tus errores, y aprende de ellos”, como parte de esa humildad. Nadie está exento de fallar; de hecho, asumir ese riesgo es la única manera de lograr la mejora.

lunes, 1 de marzo de 2010

EL ORGULLO DE SER CHILENOS!!!


Estimados Amigos, Familiares, Clientes y Colaboradores,

Estamos todos conmovidos y muchos recién abriendo los ojos ante el crudo panorama que dejó este lamentable Terremoto.

Se han sacudido nuestros cuerpos, nuestras casas y nuestras calles. Se han sacudido también nuestras conciencias y nuestros corazones. Me llena de orgullo ver diversas muestras de solidaridad y de unión nacional. Somos un pueblo sano y acogedor, que sabe ser solidario frente a las necesidades de otros, y que ante las situaciones de crisis podemos sacar lo mejor de nosotros.

Nos conmueve ver como las muestras de apoyo y solidaridad, tanto afectivas como de recursos y económicas, llegan desde lejanos lugares y países vecinos, quienes ciega y desinteresadamente han puesto sus ojos en Chile, una mano en el corazón y otra en el bolsillo, para ayudarnos en estos momentos de necesidad.

Espero que todos ustedes se encuentren bien, que vuestros familiares también lo estén, y que en estos momentos de gran pesar nacional puedan encontrar la tranquilidad necesaria para contribuir a que todo vuelva cuanto antes a la normalidad y todos nuestros hermanos puedan dormir tranquilos.

Espero que este sacudón nos sirva para reflexionar en el interior de nuestros corazones y conciencias. Que nos permita replantear nuestras prioridades, en lo laboral, en lo familiar y como ciudadano. Que nos permita ver que Chile es un gran país y su gente es muy valiosa. Cuidemos lo mejor de lo nuestro y sigamos trabajando para hacer de nuestra patria siempre un lugar mejor.

Nuestros más sinceros deseos de esperanza y apoyo.

Con cariño,

Nicolás Hidalgo S.

Socio - Consultor

META 100 CAPITAL HUMANO

viernes, 19 de febrero de 2010

¿CUÁL ES TU META PARA ESTE 2010?




NUESTRA META ES AYUDARTE A CONSEGUIR LAS TUYAS

DISEÑANDO UN PLAN DE DESARROLLO DE CARRERA

La elaboración de un plan de carrera es un paso fundamental para prosperar en el plano laboral. Debe empezar por una autoevaluación y establecer unos objetivos realistas.

Muchos ejecutivos y directivos se enorgullecen, y con razón, de lo bien que va su carrera profesional. En ciertos casos, tuvieron la suerte de estar en el lugar oportuno en el momento adecuado: una buena educación, tal vez un máster, idiomas, alguien que les puso el pie en el estribo para su primer trabajo, oportunidades de ascenso por buenos resultados (o porque no había otra persona para ser promovida), un mentor; y todo ello de manera más razonada o intuitiva. Y así siguen, mientras no surja un obstáculo.

Sin embargo, otros muchos lamentan que su carrera se vea truncada "por las circunstancias" o la "falta de oportunidades", por mencionar sólo lo que se escucha con mayor frecuencia. Algunos se darán cuenta de la necesidad de reflexionar, mientras otros tomarán conciencia de ello demasiado tarde o seguirán lamentándose.

En cualquier caso, lo que resulta evidente es que la responsabilidad sobre la gestión de la carrera profesional se ha traspasado de las organizaciones a los individuos. ¡No deje en manos de otros, o al azar, su futuro profesional! ¿Verdad que no lo haría, o al menos conscientemente, con su futuro personal? Ya es hora de salir de la inacción y pasar a la acción, de la reactividad a la pro-actividad. ¿Cómo saber hasta dónde se puede llegar si se ha reflexionado poco o nada, si no se es consciente de cuál fue el punto de partida? Muchos directivos y profesionales de éxito resultan poco convincentes cuando son interrogados por su carrera profesional, ya que no han hecho más que mirarse al ombligo, con lo que su reflexión de poco les va a servir para dar sus próximos pasos y planificar su futuro.

La planificación debe empezar en las primeras fases. Éstas son algunas ideas sobre cómo se debe realizar el diseño de un plan de carrera:

1. Es imprescindible hacer un análisis y un diagnóstico profesional preciso y exhaustivo, tanto de la trayectoria anterior como de la situación actual, destacando las responsabilidades asumidas, los pasos que ha dado, los logros, los errores o fracasos y sus motivos, las competencias, aptitudes, conocimientos, etcétera. No hay que ser condescendiente con uno mismo, el retrato final tiene que ser una fotografía fiel de la realidad. En definitiva, hay que contestar objetivamente a la pregunta:
¿Está actuando de verdad como gestor de su propia carrera?

2. Otro análisis ha de referirse a la empresa en la que se trabaja actualmente, a las competidoras y al mercado en general. Es importante valorar los resultados, la evolución, los proyectos y sus desarrollos y la imagen que tienen en el mercado. La pregunta es:
¿Realmente ha cubierto una etapa y ha conseguido resultados en su actual posición?

3. Nada conduce tan lejos como una fuerte motivación para conseguir lo que uno quiere. Hay que revisar honestamente las prioridades. Es nesesario pensar si se está a gusto en su empresa actual y en el puesto que se ocupa y no olvidar las necesidades personales y familiares. Reflexione sobre:
¿Por qué quiere realmente cambiar?

4. La importancia de fijar un nuevo objetivo, a la medida de su ambición, capacidades propias y posibilidades de mercado es esencial. Este debe ser realista y tener en cuenta todo lo anterior; si no, se corre el riesgo de quedar definitivamente frustrado y, además, resentido. Las preguntas son:
¿Dónde quiere llegar?, ¿qué posibilidades de desarrollo tiene en su actual compañía?

5. Es el momento de elaborar o diseñar un plan con un conjunto de acciones que se desarrollarán a corto y a medio plazo. Plan que no tiene que consistir únicamente en transmitir la voluntad de cambio al mercado y que puede pasar por la adquisición de contenidos formativos, la consolidación del networking, etcétera. La cuestión es:
¿Sería capaz de defender y argumentar este plan de acción ante un profesional del mercado de trabajo?

Aunque el valor profesional y la suerte también influyen, muchos ejecutivos acaban por darse cuenta más adelante de que han tomado decisiones erróneas. Muchas de ellas, como consecuencia de no haber hecho el esfuerzo suficiente para diseñar una carrera profesional.

martes, 16 de febrero de 2010

Talento vs. Competencias


Estos dos conceptos tienen implicancias distintas a la hora de encarar el desarrollo del personal y vislumbrar sus posibilidades de cambio. Desde la evaluación por competencias y la selección por competencias, hasta el enfoque más integral de la gestión por competencias, la palabra no deja de repetirse.
Por su parte, “talento” también es una expresión que está en alza, muchas veces de la mano de otros protagonistas corporativos en pleno ascenso: los altos potenciales.
“Si bien no es una cuestión de blanco o negro sino de énfasis en determinados aspectos, hay una falta de claridad conceptual en el uso de los dos términos”, reconoció el consultor Santiago Lazzati, director asociado de Deloitte.
De acuerdo con Lazzati, el concepto de competencias –que incluye tanto los comportamientos observables como las características personales subyacentes que llevan al desempeño exitoso en un puesto de trabajo, se centra en fortalezas y debilidades de la persona. Así deja la puerta abierta para la posibilidad del cambio, a partir de intervenciones en el área de capacitación y desarrollo.
En el caso del concepto de talento –definido como un patrón recurrente de pensamiento, sentimiento o comportamiento que puede aplicarse de manera productiva el cambio no es una opción. La idea acá es aprovechar el talento y concentrarse en las fortalezas: no hay que ser perfecto en todo. Además, como se parte de la base de que no se puede aprender, no se gastan recursos en el que no tiene talento.
Así, el foco estaría puesto sólo en el reclutamiento y asignación de los talentos, en lugar de en el área de capacitación y desarrollo, y el campo de acción de Recursos Humanos ya no serían todos los empleados sino sólo los talentosos. Otro elemento en el que difieren estos dos enfoques es en los planes de carrera.
Hay que tener cuidado que si se enfatiza demasiado la carrera del alto potencial, el resto puede perder motivación. Y tampoco hay que olvidar que uno se puede equivocar al detectar el talento. En ese caso, si se tuvo una política de desarrollo muy elitista por la que se invirtió sólo en el talentoso, se puede generar un problema”, anticipó Lazzati, para quien el secreto reside, una vez más, en buscar un punto de equilibrio entre estos dos modelos.
Conceptos:
El talento es la capacidad para desempeñar o ejercer una actividad. Se puede considerar como un potencial. Lo es en el sentido de que una persona dispone de una serie de características o aptitudes que pueden llegar a desarrollarse en función de diversas variables que se pueda encontrar en su desempeño.
La competencia por su parte se refiere, solo a algunos aspectos de este acervo de conocimientos y habilidades; aquellos que son necesarios para llegar a ciertos resultados exigidos en una circunstancia determinada. Es la capacidad real para lograr un objetivo o resultado en un contexto dado”. El concepto de competencia hace referencia a la capacidad real del individuo para dominar el conjunto de tareas que configuran la función en concreto.
Fuente: RedTelework.com