domingo, 28 de junio de 2009

EXITOSA CONFERENCIA EN UVM: "VISIÓN GLOBAL EN EL EJECUTIVO DE HOY"





En el marco del curso "Habilidades Gerenciales", META 100 Consultores organizó la conferencia "Visión Global en el Ejecutivo de Hoy" dirigida a los alumnos y autoridades de la Escuela de Negocios de la Universidad de Viña del Mar.

Se contó con la destacada participación de Hermann Noll, quien expuso sobre el tema "Competencias Profesionales para un profesional Global". Hermann Noll es Subgerente de Estudios y Proyectos de la Corporación de Desarrollo Tecnológico de la Cámara Chilena de la Construcción y como jurado internacional del Professional Award que otorga el Project Management Institute. A su vez, fue Presidente del capítulo de Santiago de Chile para dicha organización internacional.

miércoles, 24 de junio de 2009

Durante una recesión, ¡qué todos hagan marketing!

ROSABETH MOSS KANTER

Está usted enfrentando una disminución en los pedidos de los clientes? ¿Tasas de renovaciones más lentas?¿Cancelaciones? ¿Solicitudes por descuentos cada vez mayores?

¡Qué preguntas más tontas! Por supuesto que usted está experimentando estos síntomas de la recesión. Y lo más probable es que haya recortado los presupuestos y los empleos más de lo que quisiera.

¿Y ahora qué? Cuando no es posible (y no debía) seguir reduciendo, usted puede sacarle provecho a la creatividad de las personas en su equipo. Sin lugar a dudas, en este momento sus empleados son su activo más importante, y de verdad lo son, no es sólo un eslogan.
En una recesión, todos deberían estar involucrados en el marketing. Los empleados motivados aportan al pensamiento creativo que puede ayudar a retener a los actuales clientes e identificar a los nuevos.

He aquí cinco sugerencias:

1. Aumente el contacto y la comunicación con los clientes. La turbulencia financiera a veces lleva a los ejecutivos a preocuparse en exceso de complacer a los bancos o a los analistas de inversiones, mientras parecieran darles poca importancia a los clientes. Pero como todos sabemos, sin clientes no hay empresa.
Los altos ejecutivos, independientemente de su función, deberían convertirse en embajadores personales ante los clientes más importantes, agradeciéndoles por hacer negocios con ellos y dejando muy en claro que quieren ayudarles a tener éxito. Pero no basta con eso. Las personas de todos los rangos pueden acercarse a los clientes, tal vez enviar una carta personal o hacer una llamada telefónica para dar noticias o hacer preguntas. Los clientes sabrán que a usted le importa, usted estará mejor informado, el personal se sentirá más involucrado y podrían surgir oportunidades inesperadas.

2. Comience ahora a buscar mercados nuevos. Las empresas que dependen de unos pocos clientes grandes son especialmente vulnerables a los cambios en la suerte de sus clientes, no obstante, todas las empresas requieren la flexibilidad para moverse rápidamente hacia mercados promisorios. En tiempos inciertos, sin embargo, los ejecutivos deberían hacer aun más esfuerzos para identificar usos adicionales de los productos de la empresa y fuentes adicionales de clientes para el futuro.

El pensamiento creativo puede encontrar oportunidades para contrarrestar las pérdidas de los clientes actuales. Empezar a investigar ahora mismo sectores o partes del mundo desconocidos ayudará a los ejecutivos a prepararse para moverse rápidamente cuando las condiciones mejoren. Esto podría implicar reuniones, probar nuevos canales, publicar anuncios en sitios web que se dirijan a nuevas áreas o segmentos del sector, enviar a más de su gente a hablar en conferencias del sector y a cultivar relaciones; estas son buenas inversiones aun cuando podría parecer que son lo primero que debería recortarse. Durante los tiempos de crecimiento flojo, en lugar de permitir que los empleados estén ociosos podría usarlos para que recolecten información mediante conversaciones con los usuarios finales. Si los costos de viajar son demasiado altos, el teléfono y la investigación por internet serán suficientes.

3. Invierta en subirle el ánimo a los empleados. Cuando los empleados temen perder sus trabajos, las preocupaciones acerca de las finanzas de la familia les drenan su energía e incrementan la tentación de quedarse en casa por cualquier razón. Cuando los ánimos andan por el suelo, la productividad y el servicio al cliente se debilitan justo cuando más se requiere un nivel de cero defectos, un trabajo en equipo eficiente y voces alegres que respondan a las preguntas de los clientes. Demasiadas empresas tratan a los empleados como meros costos que pueden ser recortados, cuando en realidad deberían demostrarles a los empleados lo importantes que son. Los ejecutivos deberían saludar a los empleados personalmente y deberían agradecerles sus aportes. Pequeños gestos de gratitud y de diversión, tales como un paseo de fin de semana con las familias o una feria gastronómica –hecha con los aportes de los empleados como un descanso durante las horas de trabajo– ayudan tremendamente a mantener a las personas motivadas para que se desempeñen bien.

4. Destaque y premie los pequeños triunfos. La innovación es una tarea continua, pero los tiempos turbulentos aumentan la necesidad de que todos participen en efectuar pequeñas mejorías rápidas y fáciles de implementar: detectar una forma eficiente de hacer algo que ahorre costos, mejorar el entorno de trabajo o convencer a los clientes que compren un poco más.
Las personas de niveles más bajos y en lugares inesperados tal vez sean capaces de ver cómo hacer una mayor diferencia para la empresa, pero nadie les pregunta o quizás creen que sus ideas son demasiado insignificantes para mencionar. Un programa que busque activamente estas ideas y que las premie –con publicidad, apreciación e incluso un pequeño porcentaje del ahorro de costos o ganancias de ingresos– puede fortalecer a la empresa de inmediato. La motivación aumenta y los clientes ven una empresa que siempre está en la vanguardia del pensamiento innovador.

5. No se aleje de sus valores. Siempre existe una tentación de tomar atajos cuando las cosas se ponen difíciles. Los ejecutivos deberían evitar las movidas desesperadas que posteriormente podrían generar daños a ellos y a su empresa: nada de trucos de contabilidad, ni de productos de baja calidad y nada de actuar de manera que ponga en duda su ética, como por ejemplo hacer "obsequios" a un agente de compras. Los recordatorios acerca de los valores de la empresa pueden reforzar la solidaridad e incrementar la confianza que los clientes sienten en la empresa.

Los tiempos llenos de desafíos separan a los ganadores de los perdedores. Los ganadores sobreviven porque nunca olvidan la importante y eterna verdad:
los productos y servicios de alta calidad son creados por empleados involucrados que conocen y se interesan en los clientes.

domingo, 14 de junio de 2009

Los secretos de los grandes emprendedores: inteligencia, agallas y suerte

ANTHONY K. TJAN
Fuente: http://www.hbral.com/nsitio/blog/blog.asp?modulo=2&idBlog=6

Como capitalistas de riesgo, mis socios y yo nos reunimos con docenas de emprendedores que nos quieren vender sus ideas y sus sueños. Los amamos, especialmente cuando su pasión viene acompañada por capacidades y una buena idea. Me fascina la idea de entender el "ADN" de los grandes emprendedores, con el propósito de identificar los rasgos y las señales que pueden servir como indicadores tempranos de un éxito futuro. He llegado a concluir que todos los grandes emprendedores tienen y necesitan tener IAS: inteligencia, agallas y suerte.

Inteligencia. Si usted se deja guiar por supersticiones y siempre gana en Las Vegas, bien por usted. Pero ésa no es la norma. La inteligencia es lo más importante para todo emprendedor. La inteligencia empresarial, no obstante, debe ser definida y claramente requiere ir más allá de la educación tradicional de los MBA. Si fuera honesto, y no me dejara influir por el hecho de que tengo un MBA de la institución estrechamente asociada a este sitio, diría que hay mucho de cierto en lo que dice mi socio Mats Lederhausen: "La mayoría de los MBA son pésimos emprendedores". Esto no es porque no sean inteligentes, sino porque un MBA –que si bien puede ser útil– no es un requisito. Otras formas de inteligencia sí lo son.

Los mejores emprendedores autodidactas poseen una sorprendente astucia callejera, intuición, inteligencia conceptual y emocional en una cantidad igual –y muchas veces superior– que inteligencia enciclopédica, analítica o de gestión. Por eso es que los fundadores suelen ser muy buenos en hacer que las empresas se desarrollen hasta cierto nivel, pero también suelen no ser tan buenos en hacer que su idea crezca en escala. El CEO que escala una empresa probablemente no habría podido fundarla y, viceversa, quien la fundó probablemente no podría escalarla. Las excepciones de Michael Dell, Steve Jobs, Bill Gates y Howard Schultz son sólo eso: excepciones. Ellos tuvieron la inusual capacidad de vincular lo analítico con lo creativo, el lado izquierdo con el lado derecho del cerebro. Respecto de nuestras inversiones en fase inicial, me inclino por el lado derecho del cerebro, las inteligencias más creativas, conceptuales y callejeras. Sin embargo, "Introducción a las habilidades visionarias" no es exactamente lo que ofrecen los MBA.

En la etapa inicial de una empresa es crucial construir la cultura antes de construir la empresa. La cultura viene de la evangelización, el corazón y el fuego interior de los fundadores. Usted debe establecer un sistema de creencias, energía e inspiración durante la etapa inicial del negocio y, a medida que crece, equilibrar aquello con estructuras y procesos. Si usted introduce esto último (pensamiento del lado izquierdo del cerebro) demasiado pronto, usted perderá la oportunidad de formar el alma de la empresa: básicamente empezará a gestionar cuando la empresa todavía no ha sido liderada.

Agallas. Los grandes emprendedores tienen las agallas para ir en pos de las grandes ideas. Están dispuestos a exponerse y correr el riesgo cuando la mayoría se preocupa de “lo que pensarán los demás”. La definición del emprendimiento que el profesor de Harvard Business School Bill Sahlman hizo tan popular –"la búsqueda incesante de oportunidades sin importar los recursos "– constituye el núcleo de la mentalidad emprendedora. Los emprendedores no se preocupan por los recursos que no tienen, sino que de la ingeniosidad requerida para concretar su gran idea.

Hay que tener agallas para tratar de cumplir una misión a pesar de la brecha que existe entre los recursos disponibles y la grandeza de sus ideas. Hay que tener agallas para intentar un home run cuando podemos conformarnos con una o dos carreras. Hay que tener agallas para moldear el cambio cuando casi nadie más puede verlo, y perseverar con singular claridad. He aquí un dato increíble: cerca de dos tercios de los multimillonarios listados en Forbes empezaron sin un peso. La desesperación puede ser una buena consejera, pero estas personas nacieron con un fuego en las entrañas y una visión en sus mentes. Lea las biografías de Andy Grove, Ralph Lauren o J.K Rowling y encontrará historias bastante inspiradoras. Como dijo Eleanor Roosevelt tan elocuentemente: "El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños".

Suerte. Por mucha inteligencia y agallas que tenga, no alcanzará la gloria sin un poco de suerte. Elementos como una sincronización perfecta de los acontecimientos, encuentros fortuitos o contactos importantes que aparecen de la nada, son muy útiles. Sí, las personas pueden crear las circunstancias para tener suerte pero eso no niega el valor de que Doña Fortuna nos conceda sus favores. Reconocer que la suerte es parte de la fórmula del éxito ayuda a mantener el nivel necesario e indispensable de humildad durante la travesía emprendedora, y después. Siempre habrá circunstancias que escapen a nuestro control. Aceptar esta vulnerabilidad y entender que a veces se necesita que las cartas lo favorezcan es necesario para mantener la convicción, el valor y el impulso de los esfuerzos emprendedores. Cuando recuerdo los altos y bajos de mis experiencias pasadas como emprendedor, ciertamente agradezco que el azar me haya favorecido más veces de las que me perjudicó.

La filosofía central en mi firma de inversiones, Cue Ball, es que el capital humano siempre es más importante que cualquier otra cosa. Constantemente decimos que antes que nada nos centramos en las personas, y que invariablemente preferimos un plan de negocios de segunda con un equipo de primera por sobre un plan de primera con un equipo de segunda. Y en ese equipo de primera lo más probable es que existe una buena dosis triple de IAS.

¿Y usted? ¿Ha visto algún otro atributo clave para tener éxito como emprendedor?